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lunes, 29 de octubre de 2007

¿QUÉ ES EL MOVIMIENTO ANTIGLOBALIZACION?

El movimiento antiglobalización surge tras las grandes movilizaciones que en noviembre de 1999 se suceden en Seattle contra la Cumbre de la Organización Mundial del Comercio.
Movilizaciones que culminan el 30 de noviembre en las calles con la llamada "Batalla de Seattle". El Memorial Stadium fue escenario del gigantesco acto Labor Rally donde participaron 30.000 militantes sindicales, convocados por la dirección de los sindicatos americanos (AFL-CIO). Al finalizar el acto 50.000 personas marcharon por las calles de Seattle haciendo fracasar la apertura de la reunión de la OMC y bloqueando las reuniones en los hoteles. A este núcleo de militantes sindicales se sumaron miles de estudiantes, de ecologistas, feministas, campesinos y agricultores, activistas de derechos humanos a la protesta contra las políticas de la OMC.
El fracaso de la reunión exacerbó las controversias comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea. El jueves 4 de noviembre el diario local The Seattle Times titulaba: "Colapsan las conversaciones; la reunión termina". La Ronda del Milenio, que se proponía dar un paso de gigante en la política de privatizaciones, de “liberalización comercial”, de desreglamentación, había naufragado.
Desde el punto de vista marxista, la llamada “mundialización” o “globalización” no es más que una expresión de la lucha de clases en el sistema capitalista: la clase capitalista lucha constantemente por devaluar la fuerza de trabajo y la clase obrera lucha por protegerse como clase frente a esa ofensiva destructiva.
El objetivo de estos movimientos no es luchar contra el capital, sino “humanizarlo”. De ahí que sus movilizaciones vayan cada vez más en el camino de ser una especie de “conciencia crítica” del sistema capitalista.
Esa orientación de las movilizaciones no es casual. Es el fruto mismo de la orientación política que dirige el movimiento antiglobalización. La orientación que busca combatir contra el llamado “neoliberalismo”, como si pudiera existir en la fase actual de descomposición del imperialismo un capitalismo no-“neoliberal”; la orientación que busca “limitar” –o gravar con impuesto o tasa- los movimientos especulativos del capital. Pero en el momento actual, del billón y medio de dólares que circulan a diario en el mercado de divisas, sólo 50.000 millones corresponden a intercambio de mercancías. El resto (es decir, el 97%) corresponde a movimientos especulativos. “Limitar” la especulación es como intentar poner puertas al campo.

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